2008/11/24

El Mono es Goya

Rocambole trajo las muestras de lo que será el arte de tapa. Con sumo cuidado extrajo de adentro un tubo de cartón qque parecía un curioso catalejo las muestras y depositó las pinturas sobre la mesa para que le demos la primera ojeada. La réplica de el fusilamiento -“Los fusilamientos del 3 de marzo” ,me corrige el Mono- de Goya es casi exacta a la que yo recuerdo del original. Le pregunté si había trabajado sobre una reproducción o lo había pintado; me respondió que un poco y un poco. El detalle fundamental de la obra de Rocambole, lo que le da originalidad y la hace verdaderamente suya está dado en las personas que conforman el pelotón de fusilamiento, ya que no son como en el cuadro de Goya soldados franceses los que apuntan con sus mosquetes sino enfermeras, tradicionales enfermeras de delantal blanco y crucecita roja.
Mientras buscaba halagos para el Mono y mientras evaluaba que tipo de impacto podía tener una pintura clásica como presentación y como envase de un disco de rock, buscando ese tiempo que sabría correría rápido para despejar mínimas dudas y aceptar la obra, comenzamos a hablar de Goya. Coincidimos en el terrible sensación que nos habían causado y que nos sigue causando como si hubieran sido pintadas ayer las Figuras negras de la quinta del Sordo, esa serie de colosal factura que viene a mi mente cada vez que se nombra al pintor español.
Esos rostros me persiguieron durante toda la juventud- dijo el Mono. Me preguntó si conocía la serie de aguafuertes humorísticas y satíricas llamadas “Los caprichos”. Le contesté que no y prometió acercarme un libro donde se hallan recopiladas. Encendí un cigarrillo y como no podía ser de otro modo repetí aquello de “El sueño de la razón engrendra monstruos”. Con esa cita y con un trago de un güisqui recien servido busqué más inspiración para la crítica.
Noté una vez más que El Mono estaba en el incómodo lugar del artista que espera que evalúen su obra. Pese a su aplomo característico y a la seguridad que le da saberse absolutamente empático con respecto nuestras canciones y a nuestros personales conceptos en tanto al trabajo de rockers. El Mono se rascaba los brazos con cierto nerviosismo esperando que yo hablara. Creo que esta vez no estaba tan seguro de su obra de que realmente me hubiera gustado y esperaba que yo largue mi primera objeción. Se ve que tenía preparado otros caminos otras posibilidades alternativas en cuanto las premisas que yo le había impartido. Pero nada de eso iba a ocurrir puesto que la idea que había de terminado de plasmar el Mono me parecía lujosa en el mejor de los sentidos Por eso temí que una simple aprobación de la obra, fuera una pobre manifestación de que me había gustado.
Bang!!! Bang!!! Estás liquidado…
Las onomatopeyas de los disparos hicieron reír al Mono.
No te rías que ese va a ser el nombre del disco, se me acaba de ocurrir.
Al Mono le pareció que sonaba de puta madre. Nos pareció que “Fusilados por la Cruz Roja” era un tanto redundante con respecto a la tapa. Igualmente “Fusilados... es un buen título, tenés que agendarlo para alguna otra cosa - sugirió el Mono.
Le contesté que ya tenía medio masticado un regaee raro con ese título que por cuestiones varias no iba a ser de la partida en este disco.
Igual que Mariposa Pontiac- se quejó el Mono- Cuando se van a dignar en grabar lo que es ya un himno- prosiguió.
Le dije que llame a Skay y a Poli para que se vengan a tomar unos tragos mientras disfrutamos de la nueva tapa. Mientras discaba el número de Skay me mostraba algunos bocetos que desarrollaban “Olor a tigre”, el primer título tentativo. La ciudad es idéntica a la que imagino en “Nuestro Amo juega al esclavo”. Enseguida llegó Skay acompañado de Poli y de Francesco Branca. El Mono enseguida fichó las etiquetas a las botellas. Hace unos días tomé en un bolichito de Corrientes un fernet que no era Branca y casi lo escupo. Cynar parecía. Skay le pregunta si el tipo de la tapa es Sherlock Holmes. No, soy yo después de chorearme un perramus en Gath &Chavez.

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