2009/05/02

Frio de bisturí

Llegó a mis manos una revista que en su tapa anunciaba la verdad sobre la separación de los Redondos. Me resistí por varios días a leerla hasta que la curiosidad pudo más.
¿Qué pueden saber los pelotudos que escriben esta revista sobre nosotros? Me pregunté indignado una y otra vez mientras con todo el dolor del mundo me disponía a leer.
No puedo no sentirme mortificado al verme encabezando la tapa de esta bosta, mi rostro y el de Skay, al lado de un cadáver acribillado en Liniers y una vedette con tetas de goma.
Hasta que apareció este tabloide inmundo ningún medio había aproximado una conjetura demasiado elaborada acerca del porqué de nuestro final. Apenas insinuaron un malentendido entre Skay y yo o el consabido desgaste inherente a toda banda de rock. No más que eso. Pero acá se mandan con una película, una historia urdida entre las mierdas de los cerebros más bastardos.
Según los miserables las diferencia con Skay y con Poli abrían comenzado cuando supuestamente yo, molesto por la situación, les habría reclamado parte del gasto económico que insumió la construcción de Luzbola, allí comenzaría para estos miserables la tirantez creciente entre los miembros y mi enojo.
La cosa proseguiría con un episodio donde yo tendría un altercado con el Cofla Quartero, el hijo de Poli, al cual le impediría grabar en el estudio o mejor dicho le querría cobrar en dólares las horas utilizadas por su banda en el estudio.
El desenlace, lo que daría fin a la banda sería, el encontronazo con Poli. Según los miserables Poli vendría muy ofuscada a reclamarme que no dejaba grabar en paz a su hijo y yo la abría empujado. El final final sería Skay y yo a la piñas.
Se que los periodistas inventan, todos lo sabemos pero cargarnos con esta historia me produce un profundo desagrado.
Me calma un poco que ha esta revista de mierda no la lee nadie o al menos nadie del ámbito del rock. Por lo tanto creo que no va a trascender entre los chicos, entre nuestras amadas huestes ricoteras.

No hay comentarios: