2009/07/08

La Huesos & Cía.

A veces las historias me asustan. “Esta es la más formidable experiencia que hemos tenido en nuestra vida. Todo comenzó cuando Jackie puso las cuatro entradas sobre la frazada de la cama de Maite. A todas nos dio una fuerte sensación el contraste del dibujo del Indio, sobre el fondo blanco del cubrecama con estampados de Tweety y el Gato Silvestre. Era como una visagra que dividía nuestras vidas. ¿Dejábamos de ser niñas a través de una furiosa incursión en el mar más apasionado del rock?.Jackie encendió un cigarrillo mientras yo me abrazaba de felicidad con la Huesos y con Pía. Maite mientras buscaba rápidamente un cenicero debajo de la cama no podía ocultar una profunda preocupación. Todas sabíamos que iba a ser una odisea que los viejos la dejen viajar a La Plata, a una cancha de fútbol!!!, a ver al Indio Solari!!!, No te preocupes Mai, le dijo Jackie con su insuperable voz gruesa que a todas nos trae paz, te vamos a raptar pero vos a La Plata venís. Maite se puso las pilas y abandonó su cara de preocupación. Para demostrarnos que era una chica osada y que no era una boludita a la que sus padres no dejaban ir a ningún lado, corrió hasta la pieza de ellos y se trajo una botella de lemonchelo y una copita. La Huesos ya se había adueñado de la compactera y hacía sonar el mejor “Tesoro de los Inocentes”, ese que te eriza la piel y que exitadas como estabamos con la noticia de las entradas, nos proporcionaba tal delirio en el cuerpo y en la mente, que no eramos más que un manojo de cosquilleos y taquicardias. “Si no hay amor que no haya nada en vos...”dictaba las Huesos con sus largos dedos cargados de anillos con calaveras y brillantes. No se por qué pero saber que ibamos a ir a ver al Indio nos había callado. Habíamos cesado de ser ese remolino de palabras y frasecitas piolas de moda que nos caracteriza, para convertirnos en cuatro soñadoras, en cuatro entes encantados pensando en como sería ver a los Redondos en vivo, bah al Indio solo, pero para nosotras que nunca vimos a los Redondos, ver al Indio es lo más parecido. Aparte el hermano de Jackie fue a ver a Skay y le dijo que nada que ver con las viejas fiestas ricoteras, que está bueno lo que hace pero nada que ver, nada que ver y eso que casi siempre toca JIJIJI dijo. Así que las cuatro tiradas sobre el cubrecamas de Twety nos estamos croqueteando con lo que será la gran fiesta del Estadio Unico de la Plata. Jackie me pasa la botella de lemonchelo que ya tomamos del pico, Maite busca ahora el poett antitabaco para matar un poco las nubes de marlboro que inundan su habitación. La Huesos se pone melancólica y le dice a Pía si se acuerda el día que se conocieron en el chat. Vos eras la hijadelfletero y yo la ratoncitadivina. Quedamos en encontarnos en Bon Street donde yo te iba a llevar el video de Lanús. Ahí estaba Pía evoca la Huesos y esas palabras ese recordatorio que juzgamos inútil y que sin lugar a dudas envejece nuestros catorce años nos da escozor¿por qué los redonditos tenemos ese rememorar emocionado de los borrachos, ese volvernos en el tiempo como si todo los que nos hubiera sucedido desde que nos calzamos la camiseta del Indio fuera irremediablemente trascendental? Los ojos azules de Pía caen en el fondo de la botella de lemonchelo para estudiar cuan largo será el trago que vaciará la botella. Los aires de marcha escocesa, la evocación de la frontera mexicana y el Indio recitando “ almuerzan con la biblia de Hitler” nos da sin dudas aires de intelectualidad, las cuatro nos ponemos tensas de pensamiento. Maite me dice si le voy a devolver los Diarios de Ana Frank. Jackie le dice que para que quiere esa terrible boludez que si quiere leer algo bueno le presta Factotum de Bukoski o la poesía completa de Pizarnik. Desde que empezamos a escuchar los Redondos tambien empezamos a leer, menos la Huesos que no se banca los libros. Tiramos a la mierda los libritos de la colección Inseparables y los de Harry Potter para leer “en serio”. Eso es lo que dice Jackie. Buscamos en la biblioteca de hermanos ,padres y tíos todos los títulos y autores que nos sugieran una relación directa con los Redondos. Hace poco, siguiendo lo que el Indio a vertido en sus reportajes, hemos juntado plata entre Maite y Jackie para comprarnos los cuatro libros de Durrell. Antes lo habiamos hecho con Truman Capote y con Norman Mailer. Con este último nos reclabamos. Es un bodrio total. No se que le verá el Indio. Jackie que fue la que más avanzó con “El fantasma de Harlot” dice que cree que todavía somos chicas para entenderlo. Un día con Maite y con Jackie con quien iba a ser sino le propusimos a la de Literatura si en vez de leer Crónica de una muerte anunciada podíamos hacer nuestro trabajo algún libro de Bukoski. Casi no, nos echó a la mierda. Ya es de noche y no nos hemos movido de la pieza de Maite. Cada una guarda su entrada en el bolsillo más profundo de su humanidad. Esa noche no pude dormir. Pensé miles de veces como sería la salida del Indio al escenario, pensé si yo estaría cerca para verlo bien, me angustia un poco, que como somos cuatro pendejas nos tapen y no nos dejen ver nada. Pero de alguna forma nos vamos a arreglar. Después pensé en los temas que va a tocar el Indio, seguro que toca todos los nuevos, pero de los viejos, que va a tocar? Me muero si toca “Preso en mi ciudad” o “Esa estrella era mi lujo”o “Todo un palo” sería el delirio total. Me levanté más de cuatro veces de la cama. Papá me preguntó si me pasaba algo. Todavía no le dije que tengo entradas para ver al Indio, tengo pensado decirle que vamos a ir con el hermano de Jackie de esa forma no va a tener problemas con dejarme ir. En la noche en vela que pase me imaginé todo, desde la ropa que me voy a poner hasta que voy a hacer si me convidan porro. La remera negra de Oktubre y no fumo, no por ahora, no sé. El momento más feo de la noche fue cuando se me vino a la cabeza todo el asunto de Cromagnon. Veía a todos los pibes muertos por el humo apilados como los judíos en los campos de concentración. Me preguntaba si eso podía volver a repetirse conmigo y mis amigas como protagonistas. Pensar en la inteligencia del Indio me trajo paz. Me dije que si está el Indio solari sobre el escenario eso no pasa. Que eso le pasa a los Callejeros por boludos e inexpertos. No se si está bien lo que pensé pero me sacó el miedo. Como a las cuatro de la mañana, prendí la compu y me fui directo a la página de mundoredondo1. Busqué “La caja de los truenos” y repasé una a una todos los comentarios de los recitales cuando estaba terminando el comentario de River me vino por fin un poco de sueño. Tenía una hora para dormir antes de ir al colegio. En ese ratito que dormité soñé que me subía al escenario y cantaba con el Indio.

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